AGUSTIN COMOTTO
Simn? Radowitzky viaj ?en el fondo de un barco de carga a vapor entre otros miserables, tragando el polvo de hulla, el humo que se filtraba desde la chimenea al exterior y las cadenas y la barra de hierro fijada a sus pies. Pienso en los 25 da?s de vaivn en el mar a oscuras; el sudor, mezcla de adrenalina y mugre, y la espera miserable hasta llegar al presidio de Ushuaia. Simn? Radowitzky pas ?21 aos encerrado en una jaula