PÉREZ ORAMAS, LUIS
Lo que no vi
se hará palabra por palabra
tímido tremor entre los versos.
Lo que no sentí
se hará número en la estrofa:
el nudo ligero de tus manos
el sitio de delicias escondido
donde el tobillo ataja el cuerpo
el lugar más oscuro de los muslos
la dulce dureza de tus nubes.
Dos minutos quedan
decías de salida
Ernesto en las quebradas.
Como los primeros fuiste el último
sudor, niño, pájaro de vuelta.
Buscaré en mi boca, lejos
el azoro de tu humedad multiplicante
cuando esté seca
buscaré, la noche ya llegada
la apurada claridad de tu simiente.
«Ernesto».