Lessing, Doris
Imaginen una costa escarpada, donde las olas del mar lamen unas rocas
antiguas; ahí, tendidas entre el agua y la piedra, yacen unas hembras
que nunca han conocido varón. Tienen su propio lenguaje y sus ritos
ancestrales, pero viven en un mundo sin tiempo, sin dueño, y es la luna
quien las fecunda. Dejemos ahora que una de ellas se aleje de la costa y
se adentre en un valle hasta descubrir a unos seres extraños, parecidos
a las hembras pero con el pecho liso y un pedazo de carne en forma de
blando punzón bailando entre laspiernas... Así es como un patricio
romano intenta describir los primeros días de vida en la tierra, una
época de la que le han llegado unos pocos testimonios deslavazados. El
hombre se pregunta cómo aprendieron a convivir nuestros ancestros e
imagina sus primeros encuentros, las peleas, los reproches, el deseo de
tocar y penetrar cuerpos nuevos, hasta llegar a ese primer gesto de
ternura que nos definió para siempre como seres humanos. Con delicadeza
e ironía, Doris Lessing cuenta cuál fue el origen de esa gran aventura
que ahora nos tiene a todos, hombres y mujeres, atados a la vida. Ahí
donde la ciencia no llega, el talento de una maestra abre caminos.