Defoe, Daniel
A una isla desierta en la que no hay Dios ni naturaleza ni muerte como expresó Virginia Woolf arriba un Robinson Crusoe que ha desoído los consejos de su padre; que, perseguido por su mala estrella y tras más de veinte años de rigurosa soledad, encuentra una huella humana en la arena. A partir de una realidad histórica (era costumbre en la época abandonar a un navegante en una isla desierta por razones disciplinarias) y de la experiencia real del náufrago Alexander Selkirk nació Robinson Crusoe, la obra más leída durante el siglo XIX, y que trascendería la literatura en 1902, cuando Georges Méliès la llevó por primera vez al cine. Así, de la obra de Defoe, «poeta de la paciente lucha del hombre con la materia, de la humildad, dificultad y grandeza del hacer», nació uno de los arquetipos fundamentales de la historia de la literatura universal.
En 1945 la editorial Viau dio al mundo una edición excepcional del clásico Robinson Crusoe que contó con una primera tirada limitada de tan solo ochocientos ejemplares. La obra del «padre de la novela inglesa», Daniel Defoe, se unía para siempre a la primera traducción literaria de uno de los mejores escritores latinoamericanos de todos los tiempos, Julio Cortázar. Ambas, además, se enlazaban por partida doble a la obra del consagrado artista argentino-brasileño Héctor Julio Páride Bernabó o Carybé, que a las numerosas ilustraciones en blanco y negro sumó nueve láminas a color que dotaron de un valor único a la edición.