TSVIETÁIEVA, MARINA
Luminoso, como el propio Maximilián Voloshin, es este texto que Marina Tsvietáieva dedica a la memoria del poeta y pintor que falleció bajo el sol de mediodía en Koktebel, un pueblo a orillas del mar Negro, el 11 de agosto de 1932. Personaje entusiasta y generoso, -constructor de tantos destinos-, anfitrión de figuras como Andréi Biely, Ósip Mandelstam o Alexandr Blok, su casa en Crimea se convirtió en uno de los puntos de encuentro más singulares no solo de Rusia sino de Europa. En las páginas de -Viva voz de vida-, la magia, el mito y la música de las palabras recrean la fecunda amistad que unió a la autora con este escritor legendario al que conoció a los diecisiete años.