Helena Iriarte
Helena Iriarte indaga en los pliegues de la memoria. Sus personajes vuelven atrás, en la vejez revisan los sucesos de la infancia, entienden y justifican a los demás, y, lo más importante, perdonan; en esta novela la protagonista asiste a una representación teatral de su niñez, de los hechos que marcaron su vida y que terminaron con la armonía familiar. Para complementar un texto poético, hacen parte de la obra las ilustraciones de Iván Rickenmann, artista plástico con una capacidad única para recrear la atmósfera de nuestra ciudad, para dar vida y mostrar los espacios ya vacíos de esa casa donde los objetos serán los detonadores de los recuerdos.